CAMINO por las calles de Sagua de Tánamo y resulta una experiencia singular por estos días. Carteles, cadenetas, letreros en las calles y en los centros de trabajo, en fin, espíritu festivo en vísperas del Primero de Mayo.
Hace más de CINCUENTA años hubiésemos salido de nuestros hogares a exigir al gobierno de turno, derechos usurpados a los obreros.
Sin embargo esta vez, estamos apoyando el Sexto Congreso del Partido y la actualización del modelo económico cubano, que no dejará a nadie desamparado, y el aunque no es receta, contiene el mejor método que entre todos pudimos concebir.
Miro a mi izquierda, siempre a mi izquierda, y observo como varios obreros remodelan la sede el Tribunal Popular Municipal, pioneros de la Secundaria Básica Batalla de Sagua ensayando su banda de ceremonias, maestros y profesores acompañados siempre de sus alumnos y con libreta y lápiz en mano.
Igual a mi izquierda están los instructores de arte ensayando alguna que otra iniciativa por el Día de los Trabajadores, con la música en el aire o las acuarelas en sus manos.
Es fácil darse cuenta de que las cosas marchan. Fuera de aquí se consume el ambiente en bombardeos, huelgas o protestas masivas por los derechos civiles. Sin embargo desde este lado del mundo cada quién se esfuerza de varias formas por construir un país mejor.
No dejo de observar que el panorama todavía puede ser mucho mejor, sin embargo las energías y el optimismo no merman para lograr el objetivo final: “un mejor lugar para nuestros hijos”.
Este es el Día Internacional de los Trabajadores, que los tanameños vamos a celebrar.
jueves, 28 de abril de 2011
sábado, 2 de abril de 2011
Cambios en Cuba
Quiénes se proclaman como representantes de las nuevas voces del cambio en Cuba, entre ellos ciber- mercenarios pagados por la United States Agency for International Development, aducen que en Cuba está condenado al fracaso el proyecto de Lineamientos de la Política Económico- Social del Partido y la Revolución, porque no llevan a: “cambios conceptuales y estructurales”, donde “… pensamiento y poder único gozan de la impunidad política para llevar el modelo socioeconómico al borde del abismo.”
Parece que el tema Cuba, sigue siendo más motivo de conversación que las guerras de rapiña de los círculos de poder. Buenos pues, ahí vamos. Me preguntaré entonces varias cosas de una manera ingenua, porque nos tildan de retóricos y todo esto: ¿en qué países del mundo un partido político consulta con usted, las líneas de su propia conducta en el ámbito económico- social, sea o no miembro del mismo, o hasta contrario a sus ideales? Aclaro que aquí en la Isla Comunista hasta los “disidentes” que reciben Monedas Duras desde Washington podían participar de los debates.
Sigo, ¿en cuántos países del mundo le preguntan a usted si está de acuerdo con la gestión económica de la nación en todo un quinquenio? A mí me lo preguntaron.
¿En cuántos lugares de este planeta azul, le preguntan a usted como debe gestarse nada menos que el Comercio Exterior del lugar en el que usted reside? A mí me preguntaron en Cuba.
Continúo, ¿cuántas veces ha visto usted, que su opinión emitida en lugar público, sea escuchada con interés y la lean los Ministros de su nación? Las mías sé que las leyeron.
Y para no hacerme el preguntón y con todo el respeto concluyo: ¿cuántas veces le han pedido en su país, que diga estas cosas varias veces? Yo emití criterios en mi barrio, en mi sindicato, en mi Partido y en mi organización juvenil. Hay quien lo ha hecho en más contextos.
Entonces: ¿querríamos los cubanos, un cambio de régimen hacia el capitalismo, en el que terminen las consultas sobre el futuro económico del país?
¿Por qué iba a querer otro sistema social, con una partidocracia, que sólo llevara consultas al pueblo cada 4 años, para elegir quién de ellos va a imponer su modelo económico particular, y del resto ni hablar?
¿Por qué querría yo, negro, licenciado en una carrera universitaria gratuita, fruto de una familia sin cuentas de ahorro, cambiar hacia un modelo que no va a preguntarme si estoy de acuerdo o no con que me convierta en un instrumento del mercado de noticias que hoy impera, y no tenga la libertad de decir lo que pienso, como lo hago ahora?
Los cambios en Cuba, tal y como quisieran muchos en este planeta, los hemos asumido nosotros nada más. No tenemos culpa de que “no pedir permiso” duela a las potencias. El debate en Cuba crece, a medida que pasa el tiempo sin temor a las divergencias de conceptos.
Sin embargo, el cambio en Cuba Socialista viene legitimado por la unidad del pueblo, y no por la partidocracia que divide estados, y los hace vulnerables ante los poderes particulares. El sistema social socialista en la isla, no está ni estará nunca en discusión. No vamos a perder tiempo en probar que dentro del mundo capitalista, solo 8 naciones deciden lo que pasará en el globo, y los demás, capitalistas también incluida Haití, todavía son llamados eufemísticamente como: “países en desarrollo”.
La unidad de los cubanos, y los propios Lineamientos de la Política Económico- Social del Partido y la Revolución, deslegitiman profundamente a la “oposición” que han querido reconocer en el exterior los enemigos. Gracias a su capacidad de corregir, indagar, transformar, consultar, y cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, la verdadera y única oposición al régimen cubano, es el propio pueblo de Cuba.
Parece que el tema Cuba, sigue siendo más motivo de conversación que las guerras de rapiña de los círculos de poder. Buenos pues, ahí vamos. Me preguntaré entonces varias cosas de una manera ingenua, porque nos tildan de retóricos y todo esto: ¿en qué países del mundo un partido político consulta con usted, las líneas de su propia conducta en el ámbito económico- social, sea o no miembro del mismo, o hasta contrario a sus ideales? Aclaro que aquí en la Isla Comunista hasta los “disidentes” que reciben Monedas Duras desde Washington podían participar de los debates.
Sigo, ¿en cuántos países del mundo le preguntan a usted si está de acuerdo con la gestión económica de la nación en todo un quinquenio? A mí me lo preguntaron.
¿En cuántos lugares de este planeta azul, le preguntan a usted como debe gestarse nada menos que el Comercio Exterior del lugar en el que usted reside? A mí me preguntaron en Cuba.
Continúo, ¿cuántas veces ha visto usted, que su opinión emitida en lugar público, sea escuchada con interés y la lean los Ministros de su nación? Las mías sé que las leyeron.
Y para no hacerme el preguntón y con todo el respeto concluyo: ¿cuántas veces le han pedido en su país, que diga estas cosas varias veces? Yo emití criterios en mi barrio, en mi sindicato, en mi Partido y en mi organización juvenil. Hay quien lo ha hecho en más contextos.
Entonces: ¿querríamos los cubanos, un cambio de régimen hacia el capitalismo, en el que terminen las consultas sobre el futuro económico del país?
¿Por qué iba a querer otro sistema social, con una partidocracia, que sólo llevara consultas al pueblo cada 4 años, para elegir quién de ellos va a imponer su modelo económico particular, y del resto ni hablar?
¿Por qué querría yo, negro, licenciado en una carrera universitaria gratuita, fruto de una familia sin cuentas de ahorro, cambiar hacia un modelo que no va a preguntarme si estoy de acuerdo o no con que me convierta en un instrumento del mercado de noticias que hoy impera, y no tenga la libertad de decir lo que pienso, como lo hago ahora?
Los cambios en Cuba, tal y como quisieran muchos en este planeta, los hemos asumido nosotros nada más. No tenemos culpa de que “no pedir permiso” duela a las potencias. El debate en Cuba crece, a medida que pasa el tiempo sin temor a las divergencias de conceptos.
Sin embargo, el cambio en Cuba Socialista viene legitimado por la unidad del pueblo, y no por la partidocracia que divide estados, y los hace vulnerables ante los poderes particulares. El sistema social socialista en la isla, no está ni estará nunca en discusión. No vamos a perder tiempo en probar que dentro del mundo capitalista, solo 8 naciones deciden lo que pasará en el globo, y los demás, capitalistas también incluida Haití, todavía son llamados eufemísticamente como: “países en desarrollo”.
La unidad de los cubanos, y los propios Lineamientos de la Política Económico- Social del Partido y la Revolución, deslegitiman profundamente a la “oposición” que han querido reconocer en el exterior los enemigos. Gracias a su capacidad de corregir, indagar, transformar, consultar, y cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, la verdadera y única oposición al régimen cubano, es el propio pueblo de Cuba.
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