martes, 15 de marzo de 2011

Mi cuartito está igualito.

Resultan risibles las publicaciones de los grandes medios de prensa a nivel internacional, en cuanto a su interpretación del Caso de Alan Gross, condenado a 15 años de prisón en Cuba por cometer actos contra la independencia y la integridad del Estado. Los argumentos se centran en lo que implica para Cuba un freno a “un periodo de distensión que se había producido entre Cuba y Estados Unidos”, según informa o desinforma, un cable emitido por la Agencia AFP este 15 de marzo.

“Washington ha advertido que no habrá más apertura mientras Gross siga detenido, pero sigue comprometido con la política de fomentar contactos entre los pueblos y apoyar grupos civiles en la isla”, continúa el cablegrama, citando palabras de la Secretaria de Estado Hillary Clinton en el Congreso la pasada semana.

Me pregunto, ¿de qué apertura estará hablando la señora Clinton? Debo suponer, con todo respeto, que se refiere al levantamiento de las absurdas restricciones aplicadas por el anterior Presidente George W. Bush, referidas a los envíos de remesas y a los viajes de los cubanos residentes en la Unión hacia Cuba, además de algunos intercambios culturales que, a conveniencia de los Estados Unidos, se están realizando.

Surgen varias preguntas entonces, para este cubano de a pie, del pequeño pueblo Sagua de Tánamo, al este de la Ciudad de Holguín: ¿En qué han “beneficiado” a mi país estas “flexibilizaciones de la política hacia Cuba”?

Número uno: han provocado legitimar ante los grandes poderes mediáticos del planeta, la subversión con dinero de los contribuyentes norteamericanos, del orden público en Cuba, a través de mercenarios que dicen ser disidentes.

Número dos: a través de estas campañas de “intercambios culturales”, logran utilizar una vez más a la Oficina de Intereses de La Habana, en un centro de operaciones de inteligencia para captar a la intelectualidad, y enseñar a los cubanos a ser esclavos.

Número tres: han logrado crear la ilusión de una “apertura de las relaciones bilaterales” desde los Estados Unidos, y hacer creer que la administración de Obama ha flexibilizado “el Embargohacia Cuba.”

Sigo enumerando, y aún no aparecen los beneficios.

De risa, porque para mí, el cuartito está igualito. Es que nadie informa en sus medios de prensa, que la Oficina del Control de Activos Extranjeros incautó cuatro millones 207 mil dólares que el Fondo Mundial de lucha contra el SIDA y la tuberculosis había destinado para el primer trimestre del 2011, acto denunciado por Cuba el pasado 11 de marzo.

Eso sí afecta a mi país. Afecta además, la injerencia en los asuntos internos, y el financiamiento de redes electrónicas y satelitales para fomentar la subversión de mi tranquilidad ciudadana, violando las leyes que soberanamente aprobamos en Cuba.

Sin abundar más, el hecho de que “Washington ha advertido que no habrá más apertura mientras Gross siga detenido”, citando nuevamente el cable e AFP, sencillamente no me preocupa. Las claras alusiones a seguir manteniendo con abundante dinero de los contribuyentes norteamericanos a los mercenarios dentro del país, y cito a la misma agencia: “(Washington) sigue comprometido con la política de fomentar contactos entre los pueblos y apoyar grupos civiles en la isla”, tampoco me preocupa.

Los propios personeros del imperio saben que en Cuba son minúsculos los grupos que se dedican a estas labores, y el programa Las Razones de Cuba emitido por la Televisión Nacional, nos ha demostrado que los integrantes de la contrarrevolución cubana, puede que sean en número más agentes de la Seguridad del Estado, que “disidentes” con chequera abierta.

¿Vieron que dan risa?

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